Llamada también Daubentonia punicea - Sesbania tripetii - Daubentonia tripetii. Su nombre común es Sesbiana.
Se trata de un arbusto leñoso desprovisto de tronco o ramas espinosas, forma densos matorrales y adquiere hasta los 2´5 metros de altura, en ocasiones algo más. Está integrado dentro de la familia de las Leguminosae. Es un arbusto característico de regiones húmedas del sur de Brasil, Argentina y Uruguay.
Es capaz de amoldarse a nutridos recortes de sus delgadas ramas hasta que consigue alcanzar la figura de un pequeño arbolillo si se le van efectuando las podas oportunas. Se acomoda bien al cultivo en macetas para situar en áreas soleadas de jardín o terraza, nunca en interior.
Las atrayentes flores disfrutan de una brillante coloración rojo coral, están dispuestas en largos racimos colgantes, éstas surgen en el punto del tallo donde se manifiesta el crecimiento del pedúnculo de la hoja (axila).
Gracias a la llamativa coloración de sus flores origina un bello toque de color en el jardín. En España la zona mediterránea y Canarias resulta más habitual localizar esta planta. La floración se inicia en primavera y por lo general continua haciéndolo hasta el mes de octubre.
Le beneficia los ambientes dominados por la humedad del suelo y la ambiental, hay que tener en cuenta que su lugar natural se asienta en zonas donde el entorno o sus cercaní>as es con frecuencia acuoso por estar cercano a humedales o riberas de los ríos. Por ello, los riegos deben ser generosos, dejando que el agua penetre bien en la tierra y regando de nuevo antes que esta se seque del todo.
Requiere de una exposición dominantemente soleada para que produzca una abundante floración, en zonas de sol limitado o escaso la floración será escasa o nula.
A lo largo del verano y el otoño, la planta produce cientos de vainas que cuelgan en racimos de color verde que se transforman en marrón oscuro al madurar, estas vainas pueden permanecer en la planta durante todo el invierno.
Los frutos son de apariencia semejante a la vaina de los guisantes, tienen una forma muy característica con cuatro costillas anchas y muy pronunciadas, miden alrededor de unos 10 cm de largo y en su interior contienen numerosas semillas grisáceas y de textura dura. Los frutos y la floración coinciden en la planta durante bastante tiempo.
Es una planta que hay que tratar con la cautela pertinente ya que todos sus elementos son tóxicos, en especial las semillas. Se debe tener una atención especial con los niños para que no manipulen ningún componente. Si se la deja crecer libremente puede mostrar un comportamiento invasor.
Se reproduce por semillas que germinan con una tremenda facilidad. En su entorno las vainas se abren y liberan centenares de semillas que se dispersan de modo natural y son capaces de permanecer durante varios años en el suelo hasta que se presenta las condiciones favorables para su evolución. De forma que, por lo general, cuando se cultiva en jardín la planta se autopropaga.
Las plantas jóvenes es mejor colocarles una guía a modo de apoyo para que crezcan erguidas; florecen ya desde el primer año.
Fuente: Planta y Flor
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