El sol se va alejando, los árboles van cambiando sus galas por tonos más dorados, mientras se desprenden de sus colores más intensos. Ha llegado el otoño y aunque en el aire aun danzan los perfumes de las flores, una brisa suave y fresca que va susurrándole a las hojas, nos dice que pronto el frío entrará por la puerta grande del jardín. Hay que prepararse pues pronto las lluvias y el viento darán lugar a un nuevo escenario donde el sol ya no será protagonista de la escena.
Mientras tanto ellas, las flores, pícaras y orgullosas nos enseñan aún sus magníficas galas...
Bellísimas flores, Susana, con unas preciosidades así el otoño que se avecina es mucho más agradable.
ResponderEliminarBesos.