Hacer un muro o balate no es cuestión difícil, solo hay que contar con las piedras y el material necesario aunque considero que lo fundamental es tener en mente lo que se quiere hacer. Hace tiempo que pensábamos realizar esta tarea, y ahora en vacaciones ha sido el momento oportuno.
El resultado ha sido bastante satisfactorio, por lo bonito y lo limpia que ha quedado la zona.
ANTES
La zona estaba bordeada de Iris que en esta época del año se ponen mustios y dan mucha suciedad, además los perros tenían esta parte muy descuidada porque al estar en cuesta bajaban por ella diariamente. La hojas y la falta de contención hacían que las plantas no retuvieran el agua y que permaneciera el camino, siempre lleno de suciedad y hojas.
DESPUES
Fue necesario limpiar la zona y acoplar las piedras más grandes que nos servirán de base, para ello, una vez situadas las fijamos con un poco de mortero
En los huecos se fue poniendo cemento que mezclamos con algo de tierra para que el color fuese uniforme
Una vez emparejado el muro se cubrió de una cama de cemento a modo de fijación, con un fin decorativo y de utilidad para sentarse
Las piedras deben ir apoyadas una sobre otra, para ello es necesario buscar formas similares o que vayan encajando como una especie de puzzle
Los huecos se rellenaron de piedras más pequeñas y se taparon
RESULTADO FINAL
Todavía queda terminar una parte, ya que es bastante largo pero de momento este es el resultado...
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