
Un frío intenso deja caer su manto sobre las hojas de los árboles, las plantas parecen acurrucarse unas con otras y las flores quietas y sin querer desplegar todo su color, se mantienen resguardadas entre los tallos, reservandose para la primavera en la que el sol tocará con sus rayos sus pétalos y las enamorará con su calidez, haciendo que todas bailen al unísono en una danza de aroma sin límites... Mientras tanto anochece y las luces tenues comienzan a aparecer sobre el valle, dando paso a la noche.
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