¡Como ha crecido Duque!, a pesar de su tamaño y fuerza, es un perro noble y cariñoso. Aunque esta semana está castigado por romper macetas, hacer boquetes en el césped y comerse un chaquetón de las niñas que no sé como diablos llegó hasta él. Ayer le hablé muy seriamente, como se le habla a un niño travieso y mientras le regañaba me miraba agachado como si me entendiera...¿Habrá aprendido la lección?
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